Mis 10 propósitos de belleza para el año 2019

by - enero 08, 2019



Estamos en la segunda semana del mes de enero y me ha parecido un buen momento para comentar los propósitos que me he hecho este año en lo que respecta a belleza y el blog. No soy una persona de hacer resoluciones anuales, pero sí que me gusta hacer como un recopilatorio de todas las decisiones de cambio que he tomado en los últimos meses. Así que, sin más dilación, os presento las mías.

1. No comprar más maquillaje

Sí, sonará contradictorio con la temática de este blog, pero en la última mitad de 2018 me di cuenta de que ya tengo maquillaje para mínimo un par de años, y no solo eso, sino que tengo productos que compré hace meses y que no los he ni estrenado. Ahora mismo no sé cuántas paletas tengo, la última fue la de Revolution x Tammi que os enseñé en este post. Quedan exentos de esta "autoprohibición" los que se acaban o expiran rápido como por ejemplo máscaras o bases de maquillaje (aunque de estas ya tengo un par y hasta que no termine ninguna tengo prohibido comprarme otra). 

Entran en la prohibición:
  • Paletas y sombras sueltas
  • Lápices de labios y glosses
  • Lápices de ojos y delineadores labiales
  • Bases de maquillaje (hasta que no termine las que ya tengo).
  • Prebases
  • Coloretes
  • Iluminadores
  • Polvos
No entran en la prohibición:
  • Delineadores líquidos y máscaras de pestañas (pero no compraré hasta que no termine lo que tengo).
  • Correctores líquidos (a lo míos de Kiko les quedan dos telediarios actualmente).
  • Pinceles (como es algo que se ensucia y hay que lavar, siempre viene bien tener repuestos).

2. No comprar más perfume


Por la misma razón de antes. Tengo ya muchos frascos y hasta que no acabe alguno, no entra ninguno más en casa, ya avisé a mi familia estas Navidades de que nadie me regalara perfume. Y mirad que me muero de ganas de hacerme con la Hypnotic Poison de Dior, pero estoy decidida a cumplir mi promesa.

3. Maquillarme más.

Poco más de lo mismo. ¿De qué sirve tener maquillaje si luego no lo uso o no me lo pongo? No hace falta ir como una puerta todos los días, pero un mínimo de corrector y lápiz de labios/ojos no hace daño a nadie.

4. Juntar más "acabados" y sumarme al #proyectopan 

Sigo en la línea de los dos puntos anteriores: utilizar las cosas de una vez y no acumular tantos productos por usar. El otro día rebuscando en el armario me encontré dos botes de espuma de ducha que ni recordaba que tenía, ¿por qué??? (nota mental: prohibido comprarme más espumas y geles de ducha hasta que no termine los que tengo). A partir de ahora, hasta que no termine un tipo de producto, no entrará otro similar en casa, solamente cuando al primero le quede muy poquito para acabarse.

5. Usar las muestras o regalarlas

Reconozco que soy de las que guardan muestras "para los viajes" y al final no las termina usando o acaba llevando mis productos habituales en un tarrito más pequeño. Rebuscando en mi neceser he llegado a encontrarme muestras de champús que tenían ya seis años y que no había usado porque tenían siliconas, ¿qué sentido tenía seguir guardándolas? A la basura fueron. Solamente he conservado las de perfume, que vienen siempre bien para llevar en el bolso.

6. Fabricarme más mis propios cosméticos


Las que me sigáis de más tiempo sabréis que soy una fanática de la cosmética casera aunque últimamente lo he tenido abandonado, ya que vivía con mis padres y no tenía la cocina siempre a mi disposición. Pero ahora que me he mudado y tengo espacio, me he propuesto usar la miríada de ingredientes que tengo guardados en varias cajas en mi despacho. He tenido hasta que tirar algún ingrediente o aceite que ya estaba pasado de fecha.

La cosmética casera además es un pasatiempo muy gratificante y el resultado son productos naturales, hechos a tu medida, con ingredientes controlados y 100% libres de crueldad (el único conejillo de Indias en este caso eres tú).

7. Ser más constante con algunos cuidados

Reconozco que para mi rutina diaria hago lo básico: limpieza e hidratación de la cara e hidratante corporal después de la ducha, pero por ejemplo me da mucha pereza ir más allá y aplicarme el contorno de ojos (que no debería saltarme, que ya vamos teniendo una edad...) o el sérum para pestañas (que también buena falta me hace). 

También debo volver a ser constante con el protector solar y con los cuidados para cutículas, que se me olvida hidratármelas bien y luego las llevo hechas una zona de guerra.

8. Dedicarle más tiempo al blog y no centrarme tanto en Instagram


Admito que este último año he estado mucho más pendiente de mi cuenta de Instagram que de mi primogénito: el blog, que fue donde todo comenzó hace casi diez años, y donde más información se puede encontrar sobre todo lo que pruebo o reseño. Hace meses leí una frase que decía algo como "si mañana Instagram desapareciera, tu información seguiría estando en el blog". Y además es la única información que rastrean los motores de búsqueda, aparte de que no le afectan los dichosos algoritmos (al contrario que a Instagram), así que quiero que este sea el año en que el blog renazca y deje de ser la ovejita negra de la familia.

9. Leer más y ver más películas

Siempre he sido una ávida lectora, pero debo reconocer que en el último año he abandonado mucho el hábito, y todo por culpa del smartphone. Paso las últimas horas de la noche viendo vídeos en Youtube o chateando por WhatsApp y para cuando me acuerdo de leer un poco, ya es muy tarde y estoy cansada. El vicio de Youtube también me ha quitado de ver películas, incluso tengo un par de series que he dejado colgadas porque no saco rato para verlas. Lo que tengo que hacer es desconectar el teléfono y el ordenador todas las noches a las 22:30 y dedicarme a otros menesteres más provechosos después de esa hora, voy a intentarlo de esta manera y os contaré qué tal me va.

10. Consumir de manera más responsable


Este punto está relacionado un poco con los primeros de la lista y con el hecho de que en el último año y medio me he mudado dos veces y he sido consciente de la cantidad de trastos que acumulamos sin darnos cuenta. No voy a enrollarme con el tema, pero en esta parte del mundo las personas nos compramos demasiadas cosas, a veces por puro capricho o porque podemos y luego llenamos nuestros hogares y nuestro espacio de objetos que no necesitamos. Este será el año en que, antes de comprarme algo, me pararé a pensarme muy bien hasta qué punto mejorará mi vida y si realmente lo necesito en ella.

Y esta es, de momento, mi lista, espero tener la constancia suficiente para cumplirla. 
Y tú, ¿también tienes una lista? ¿Coincide alguna de tus resoluciones con las mías?

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