¿Funciona el Roacutan? Mi experiencia
by
Eli (Beauty Blog)
- febrero 29, 2016
Antecedentes
Vuelvo a la carga con un post que llevo un tiempo con ganas de escribir. Como ya habréis leído por aquí, llevo años luchando contra el acné. Por una cuestión de dejadez y pereza, y por el hecho de que mis ataques eran intermitentes, no iba al dermatólogo, pues cuando empezaba a preocuparme y a planteármelo de repente...¡alehop!, se me iba el acné y me olvidaba del tema hasta que meses después me salía otro brote y así en un patrón cíclico durante años. Entre tanto, iba probando productos que me funcionaban al principio, y cuando dejaban de hacer efecto probaba con otros.El último truco que me funcionó fue la limpieza con aceite de la que os hablé en este post. al principio iba genial, pero después no solo se me empezó a hacer pesado sino que el acné volvió y esta vez no como los típicos granitos con cabeza amarillenta o rojiza, sino como quistecillos de grasa subcutáneos que no se iban, así que iba por la vida con la cara como un cartel en braille. También probé el peróxido de benzoilo: me secó los granitos y la piel, me arruinó un par de sábanas y toallas (destiñe los tejidos), pero fue ineficaz con los bultitos internos.
Finalmente el mes de noviembre me decidí a ir a una clínica dermatológica bastante conocida en Barcelona y con buenas reseñas y referencias. Sucedió lo que yo más temía: la doctora me recetó isotretinoína, que no es más que el principio activo conocido como Roacután, pero que cambia de nombre según el laboratorio que lo comercialice: Roacutane, Accutane, Dercutane, etc. El mío es concreto es Dercutane.
Reconozco que antes de este momento, sentía mucho recelo por el roacután. Había oído historias sobre cómo resecaba la piel, las mucosas, los ojos e incluso cómo podía aumentar los síntomas en personas depresivas y la verdad es que la idea de tomármelo me daba bastante miedo. Pero la doctora me tranquilizó y me explicó que los efectos secundarios eran muy raros, y los más comunes eran sobrellevables.
Además, hablé también con una amiga (¡hola Rose!) que se lo estuvo tomando y después de oír su experiencia me quedé mucho más tranquila. Una de las cosas que más me preocupaban era el no poder llevar lentillas (debido a la sequedad ocular) durante el tratamiento, ya que con las gafas, debido a mis problemas de visión, veo la mitad y esto me dificultaría enormemente la vida, pero la dermatóloga me dijo que podría seguir usándolas sin problema, tomando la precaución de hidratarme los ojos regularmente con lágrima artificial.