Imaginaos que os quejáis de que hace mucho calor y os responden “Eso es porque estás muy gordo/a, si adelgazaras verías como no te sofocarías tanto”. O que me encuentro con un amigo al que hace tiempo que no veo y lo primero que le digo es “Chico, qué gordo estás, deberías dejar de hincharte a bollos”. O que, sencillamente, me dedicara a ir diciéndole a la gente que está gorda y que se ponga a dieta, aunque nadie me pregunte mi opinión.
¿Qué pensaríais de mí si hiciera todo esto? Probablemente el 99% pensaréis que soy una imbécil y una hdp con todas sus letras, y que mi actitud sería cuanto menos denunciable. Y con razón (aunque esto no quita que haya gente a la que le da igual todo y suelta sandeces como estas o a veces incluso peores).
Ahora pongámonos en el caso opuesto, imaginaos que os quejáis de que hace frío y alguien os responde “Es que estás muy flaca/o, si engordaras un par de kilos no serías tan friolero/a”.