El otro día necesitaba lanolina para una receta de una crema de manos, pero como no tenía me hice la mía propia en versión vegetal, ya que en varias páginas de Internet vi que se mencionaba la lanolina vegetal casera y pensé que a lo mejor podía probar. Como lleva apenas tres ingredientes que además tengo en casa, me lancé.
Habréis leído en mi publicación anterior que he iniciado este año mi propio Proyecto Pan (si no sabes de qué estoy hablando, te aconsejo leer el post y ponerte en antecedentes). Uno de los primeros pasos a seguir es hacer un inventario de lo que tienes, y separar qué quieres usar y qué quieres regalar o tirar a la basura. El primer producto con el que me he puesto son los correctores. Todos los que tengo son los que aparecen en la foto superior, 10 productos ni más ni menos. Vamos allá:
1. Full Coverage Concealer NYX (tono Caramel)
¿Os he dicho alguna vez lo mal que se me da escoger color de corrector? Porque el día que me compré este, salí de la tienda convencida de que había dado con EL corrector perfecto para mi tono de piel. Si fuera una base de maquillaje habría acertado, sí, porque este corrector cremoso es prácticamente del color de mi piel.
Pero esto NO se aplica con el corrector, que tiene que ser un par de tonos más claro que tu rostro. Y por eso cuando me lo pongo no se ve demasiado raro, aunque no ilumina nada, pero al cabo de una hora o así se oxida y muto en la prima caribeña de Fétido Adams. Este color sería perfecto para corregir imperfecciones en mi piel, pero no para cubrir mis ojeras. Además, por su textura cremosa tiende a meterse en los pliegues, por mucho que lo selles con polvo. Creo que no volveré a comprar un corrector en crema, al final los termino aborreciendo.
¿Me lo quedaré? Sí, porque es nuevo y el color es clavado al de mi piel, pero lo usaré para correcciones en el cutis y no en la ojera.
2. Correction Concentrate de Pixi Beauty (tono Apricot)
¿Me lo quedaré? No, lo regalaré o lo tiraré.
3. Skin Tone Concealer de Kiko (tonos 06, 07 y 09)
A estos, como se puede ver en la foto, les quedan dos telediarios porque les he dado mucho uso. Son mis correctores favoritos. Primero me compré el tono 06, pero era demasiado claro para mi tono de piel, así que compré el 07, que es un pelín oscuro, y mezclándolos doy con mi tono ideal. El 08 lo compré para hacerme el "contouring", este me va a durar bastante, ya que es algo que no me hago todas las semanas. Son líquidos, tienen una cobertura aceptable y acabado seco. Si pudiera ponerles una pega es que el envase es demasiado pequeñito.
¿Me lo quedaré? Sí, y los repondré cuando se acaben.
4. Full Coverage Concealer de Kiko (tono 06)
Voy a dirigirme a mí misma en tercera persona: Eli, ¿por qué dejaste de usar este corrector?? Cuando vivía en Barcelona lo usaba mucho, y este debe de ser el segundo o tercero que me compro (y con este ya toqué "pan" o fondo). El color me va como un guante y me gusta que no se acumula en los pliegues (aunque necesita ser sellado con polvos) ni queda pesado a pesar de ser de alta cobertura. Lo he vuelto a probar para escribir este post y me he vuelto a enamorar, no entiendo por qué deje de usarlo y lo dejé metido en el cajón del olvido, cuando es uno de los mejores correctores de todos los que tengo. Encima, el estuche viene con un espejito, cosa que no he visto todavía en ningún corrector cremoso.
¿Me lo quedaré? Sí, y lo repondré cuando se me termine.
5. Corrector Conceal and Define de Makeup Revolution (tono 12.5)
¿Os he dicho que se me da fatal escoger tonos de corrector? Porque este lo escogí online mirando "swatches" y fallé por un pelo. Resulta que el color es perfecto para mi cutis, pero demasiado oscuro para la zona de las ojeras. Intenté aclararlo un par de tonos con la base aclaradora de Catrice pero nada, sigue sin quedarme bien. Igualmente me he llevado un chasco con este corrector. Medio planeta lo pone por las nubes, diciendo que es muy cubriente, que está al nivel del Shape Tape de Tarte, etc., pero qué queréis que os diga, yo la cobertura la he notado pobre, no noto que cubra mis ojeras.¿Me lo quedaré? Si no lo quiere ninguna de mis amigas, irá a la basura.
6. Skin Evolution Concealer de Kiko (tono 06)
Acabo de mirar la web de Kiko y este corrector o lo han dejado de vender o le han cambiado el nombre a Universal Stick Concealer, lo desconozco. De estos tenía dos, uno más claro para las ojeras y este que lo compré para tapar los granitos en mi época pre Roacutan. El claro hace tiempo ya que duerme el sueño de los justos y este lo tengo muerto de la risa, aparte que debe de estar realmente viejo, ya que hace más de dos años que acabé el tratamiento y dejé de tener granos que tapar.
¿Me lo quedaré? Se va a la basura.
7. Stick corrector Miss Cop amarillo
Este ha sido sin duda mi producto descubrimiento de 2018. Me vino en una de las cajas Birchbox que recibí el año pasado (o a finales del anterior, no recuerdo bien). Lo probé sin mucho convencimiento porque llevaba tiempo oyendo que para neutralizar las ojeras marrones había que usar un corrector naranja, cosa que a mí no me funcionaba (ir al punto 2 de este artículo). Pero resulta que mis ojeras en realidad no son marrones sino violáceas. Mi tono de piel oscuro no me ayudaba a distinguir su verdadero color, hasta que probé este corrector debajo de uno de mi tono y fue como ¡BAM! Amarillo se come a violeta y ojera neutralizada en segundos.
¿Me lo quedaré? Sí, sí, y sí.
8. Stick corrector desconocido de Yves Rocher (tono Brun Clair)
Este corrector de Yves Rocher me lo dio una prima, le quedaba muy poquito pero me lo dio para que lo probase si me gustaba y me lo comprase igual. Mi prima vive en Italia, y buscando este producto en la web de Yves Rocher España no lo he encontrado, así que deduzco que no se vende aquí. De todos modos jamás compro maquillaje en Yves Rocher, ya que la gama de tonalidades suele ser casi siempre muy pobre y nunca encuentro nada para mi tono de piel.
¿Me lo quedaré? Se va a la basura.
La purga
Estos son los únicos correctores que me quedaré:1. Full Coverage Concealer NYX (tono Caramel)
2. Skin Tone Concealer de Kiko (tonos 06, 07 y 09)
3. Full Coverage Concealer de Kiko (tono 06)
4. Stick corrector Miss Cop amarillo
4. Stick corrector Miss Cop amarillo
Cuatro de ocho, creo que ha sido una buena purga, ¿no? Y dos de ellos de la misma marca: Kiko. Con el de NYX aún tengo dudas y es probable que al final también lo termine regalando.
¿Y tú, cuántos correctores tienes en total? ¿Los usas todos? ¿Coincide alguno con los que yo tengo?
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Seguro que más de un@ vio en mi artículo anterior la mención al #proyectopan y se quedó con cara de "¿proyecto qué?".
¿Qué es el #ProyectoPan y cuál es su objetivo?
Os lo explico grosso modo: se trata de un hashtag mal traducido del inglés "project pan" o #projectpan, que significa algo así como "proyecto fondo". Por fondo nos referimos al fondo metálico de las polveras y productos prensados como sombras o coloretes, que en inglés se llama "pan". No soy nada amiga del uso innecesario de anglicismos, pero en ese caso no he sido yo quien inventó o popularizó este hashtag, y no hay nada que pueda hacer al respecto 🤷🏽♀️.
El fin de este proyecto es acabar los productos de maquillaje que tengamos para promover el consumismo responsable y evitar los vicios de acumulación por influencia de Instagram, los blogs o los canales de Youtube. Es decir, usar los productos que adquirimos hasta acabar viendo el "pan", el fondo.
¿Por qué quiero seguir el Proyecto Pan?
Supe de esta iniciativa a través del Instagram de Lady Piratilla y me pareció muy buena. Justo llevaba unas semanas reflexionando sobre el tema, me estaba mudando a mi nueva casa y reparando en la cantidad de cosas materiales que acumulaba y muchas de las cuales no usaba. Y por esos días recuerdo también que Mercadona lanzó unas paletas de sombras muy monas, y medio Instagram se volvió loco y todo el mundo las quería comprar. Yo fui una de las primeras que también pensó "tengo que ir a Mercadona y hacerme con ellas", pero acto seguido me pregunté "¿Para qué?". ¿Para qué quería yo gastarme dinero en una nueva paleta que estaba claro que no necesitaba? ¿Para no quedarme atrás porque "todo el mundo" hablaba de ella? ¿Para hacerle cuatro fotos y dos swatches y subir las fotos a Instagram o al blog? ¿Y luego qué haría con ella, la dejaría morirse de la risa en un cajón como me ha sucedido con otras paletas que he tenido anteriormente?
No sé vosotras, pero a mí este tipo de consumismo impulsivo e inconsciente me avergüenza (problemas del primer mundo...) Se potencia el gasto de dinero en cosas superfluas y la acumulación en casa de trastos que probablemente acabes tirando a la basura porque no los usas. A veces veo las colecciones de maquillaje de algunas personas por redes sociales y me entran hasta mareos...Salvo que seas maquilladora profesional o que vivas de ello (como Tati Westbrook, por ejemplo), ¿crees necesario acumular más maquillaje del que realmente gastarás en toda tu vida? Mirad por ejemplo este vídeo, donde una chica enseña su colección de maquillaje y potingues, tan grande que tiene un mueble entero para guardarlo todo (y no es un mueble nada pequeño). O también, ¿habéis visto el furor y la histeria que se desatan cada vez que sale una paleta nueva de Kylie Cosmetics, Anastasia o Huda Beauty? Se agotan en segundos porque todo el mundo quiere tenerlas ya, aunque ya tengan otras diez paletas en su colección.
Cada vez hay más testimonios de personas, anónimas o con canal en Youtube, blog, etc., que admiten que esto se les ha ido de las manos y que necesitan atajar el problema ya. Si buscáis en Google o Youtube "adicción al maquillaje" o "makeup addiction" encontraréis mucha información sobre el tema. Empecé a documentarme sobre él y descubrí que la acumulación compulsiva de maquillaje a veces obedece a algún trastorno o adicción. Por ejemplo, en este artículo, su autora explica que se enganchó a comprar maquillaje como una vía de escape porque era lo único que le consolaba en una mala época de su vida. Aquí tenéis otro testimonio en vídeo:
Con esto no quiero decir que todas las personas que acumulemos maquillaje tengamos un trastorno, faltaría más.Yo no puedo decir que haya tenido o tenga una adicción seria como muchas de estas chicas pero sí que reconozco que he experimentado muchísimas veces ese subidón de entrar en Kiko, Primor, NYX, incluso Primark y salir con algún producto de belleza o maquillaje en la bolsa. El subidón me duraba lo que tardaba en llegar a casa, abrirlo, probarlo, sacarle fotos, subirlas a Instagram y meterlos en el cajón del olvido. A veces ni siquiera llegaba a hacerles foto, los guardaba y me olvidaba de ellos. Vale que esto lo hacía un par de veces al mes, a lo mejor tres o cuatro a lo sumo, pero sigo manteniendo que esta especie de síndrome de Diógenes potingueril no es sano.
Por eso, uno de mis más firmes propósitos de este año (aunque llevo ya un par de meses cumpliéndolo) es no comprar más maquillaje hasta que no termine el que ya tengo y consumir de manera más responsable y consciente.
Y vosotras, ¿os unís también al Proyecto Pan?
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Estamos en la segunda semana del mes de enero y me ha parecido un buen momento para comentar los propósitos que me he hecho este año en lo que respecta a belleza y el blog. No soy una persona de hacer resoluciones anuales, pero sí que me gusta hacer como un recopilatorio de todas las decisiones de cambio que he tomado en los últimos meses. Así que, sin más dilación, os presento las mías.
1. No comprar más maquillaje
Sí, sonará contradictorio con la temática de este blog, pero en la última mitad de 2018 me di cuenta de que ya tengo maquillaje para mínimo un par de años, y no solo eso, sino que tengo productos que compré hace meses y que no los he ni estrenado. Ahora mismo no sé cuántas paletas tengo, la última fue la de Revolution x Tammi que os enseñé en este post. Quedan exentos de esta "autoprohibición" los que se acaban o expiran rápido como por ejemplo máscaras o bases de maquillaje (aunque de estas ya tengo un par y hasta que no termine ninguna tengo prohibido comprarme otra).
Entran en la prohibición:
Por la misma razón de antes. Tengo ya muchos frascos y hasta que no acabe alguno, no entra ninguno más en casa, ya avisé a mi familia estas Navidades de que nadie me regalara perfume. Y mirad que me muero de ganas de hacerme con la Hypnotic Poison de Dior, pero estoy decidida a cumplir mi promesa.
- Paletas y sombras sueltas
- Lápices de labios y glosses
- Lápices de ojos y delineadores labiales
- Bases de maquillaje (hasta que no termine las que ya tengo).
- Prebases
- Coloretes
- Iluminadores
- Polvos
- Delineadores líquidos y máscaras de pestañas (pero no compraré hasta que no termine lo que tengo).
- Correctores líquidos (a lo míos de Kiko les quedan dos telediarios actualmente).
- Pinceles (como es algo que se ensucia y hay que lavar, siempre viene bien tener repuestos).
2. No comprar más perfume
3. Maquillarme más.
Poco más de lo mismo. ¿De qué sirve tener maquillaje si luego no lo uso o no me lo pongo? No hace falta ir como una puerta todos los días, pero un mínimo de corrector y lápiz de labios/ojos no hace daño a nadie.
4. Juntar más "acabados" y sumarme al #proyectopan
Sigo en la línea de los dos puntos anteriores: utilizar las cosas de una vez y no acumular tantos productos por usar. El otro día rebuscando en el armario me encontré dos botes de espuma de ducha que ni recordaba que tenía, ¿por qué??? (nota mental: prohibido comprarme más espumas y geles de ducha hasta que no termine los que tengo). A partir de ahora, hasta que no termine un tipo de producto, no entrará otro similar en casa, solamente cuando al primero le quede muy poquito para acabarse.5. Usar las muestras o regalarlas
Reconozco que soy de las que guardan muestras "para los viajes" y al final no las termina usando o acaba llevando mis productos habituales en un tarrito más pequeño. Rebuscando en mi neceser he llegado a encontrarme muestras de champús que tenían ya seis años y que no había usado porque tenían siliconas, ¿qué sentido tenía seguir guardándolas? A la basura fueron. Solamente he conservado las de perfume, que vienen siempre bien para llevar en el bolso.6. Fabricarme más mis propios cosméticos
Las que me sigáis de más tiempo sabréis que soy una fanática de la cosmética casera aunque últimamente lo he tenido abandonado, ya que vivía con mis padres y no tenía la cocina siempre a mi disposición. Pero ahora que me he mudado y tengo espacio, me he propuesto usar la miríada de ingredientes que tengo guardados en varias cajas en mi despacho. He tenido hasta que tirar algún ingrediente o aceite que ya estaba pasado de fecha.
La cosmética casera además es un pasatiempo muy gratificante y el resultado son productos naturales, hechos a tu medida, con ingredientes controlados y 100% libres de crueldad (el único conejillo de Indias en este caso eres tú).
7. Ser más constante con algunos cuidados
Reconozco que para mi rutina diaria hago lo básico: limpieza e hidratación de la cara e hidratante corporal después de la ducha, pero por ejemplo me da mucha pereza ir más allá y aplicarme el contorno de ojos (que no debería saltarme, que ya vamos teniendo una edad...) o el sérum para pestañas (que también buena falta me hace).
También debo volver a ser constante con el protector solar y con los cuidados para cutículas, que se me olvida hidratármelas bien y luego las llevo hechas una zona de guerra.
8. Dedicarle más tiempo al blog y no centrarme tanto en Instagram
Admito que este último año he estado mucho más pendiente de mi cuenta de Instagram que de mi primogénito: el blog, que fue donde todo comenzó hace casi diez años, y donde más información se puede encontrar sobre todo lo que pruebo o reseño. Hace meses leí una frase que decía algo como "si mañana Instagram desapareciera, tu información seguiría estando en el blog". Y además es la única información que rastrean los motores de búsqueda, aparte de que no le afectan los dichosos algoritmos (al contrario que a Instagram), así que quiero que este sea el año en que el blog renazca y deje de ser la ovejita negra de la familia.
9. Leer más y ver más películas
Siempre he sido una ávida lectora, pero debo reconocer que en el último año he abandonado mucho el hábito, y todo por culpa del smartphone. Paso las últimas horas de la noche viendo vídeos en Youtube o chateando por WhatsApp y para cuando me acuerdo de leer un poco, ya es muy tarde y estoy cansada. El vicio de Youtube también me ha quitado de ver películas, incluso tengo un par de series que he dejado colgadas porque no saco rato para verlas. Lo que tengo que hacer es desconectar el teléfono y el ordenador todas las noches a las 22:30 y dedicarme a otros menesteres más provechosos después de esa hora, voy a intentarlo de esta manera y os contaré qué tal me va.
10. Consumir de manera más responsable
Este punto está relacionado un poco con los primeros de la lista y con el hecho de que en el último año y medio me he mudado dos veces y he sido consciente de la cantidad de trastos que acumulamos sin darnos cuenta. No voy a enrollarme con el tema, pero en esta parte del mundo las personas nos compramos demasiadas cosas, a veces por puro capricho o porque podemos y luego llenamos nuestros hogares y nuestro espacio de objetos que no necesitamos. Este será el año en que, antes de comprarme algo, me pararé a pensarme muy bien hasta qué punto mejorará mi vida y si realmente lo necesito en ella.
Y esta es, de momento, mi lista, espero tener la constancia suficiente para cumplirla.
Y tú, ¿también tienes una lista? ¿Coincide alguna de tus resoluciones con las mías?
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