El lado oscuro de la cosmética casera I

by - julio 10, 2019

Photo by Dana Tentis from Pexels

Como sabéis soy muy aficionada a la cosmética hecha en casa desde hace varios años. Mis primeros intentos fueron un fracaso porque quise saltarme las reglas y como carecía de una báscula, eché los ingredientes midiéndolos con una jarra medidora (no me preguntéis cómo diantres lo hice). Resultado: no me salió la crema, me harté y con el tiempo terminé tirando los ingredientes a la basura.

Poco después, al irme mejor económicamente, me compré la báscula, hice mi primera crema, me salió bien, también me aventuré a hacer mis primeros jabones, y ya nunca más volví a salir de este mundillo.

He hecho multitud de recetas, y aunque no me considero una experta, me gusta tanto este tema que me paso horas por semana buscando, descubriendo, tomando notas e investigando sobre recetas, ingredientes, procedimientos, etc. Así que se puede considerar que algo de experiencia tengo en el campo.

Y por eso creo que debería hacer pública mi opinión sobre algunas cosas que estoy viendo en blogs y redes sociales sobre cosmética natural y que no me gustan nada, porque en muchos casos pueden suponer un peligro para la salud, además de poder acabar dando a la cosmética casera una malísima fama no merecida.

Sin más dilación, os enumero una serie de aspectos a tener en cuenta si deseas fabricar (o comprar) cosmética natural. Tengo tantísimos puntos a comentar que me temo que tendré que escribir este post en más de una parte para que no quede demasiado largo. Aquí va la primera.

1. El jabón de sosa no se puede usar inmediatamente

Photo by Tabitha Mort from Pexels

El jabón casero de aceite se fabrica básicamente mezclando una solución de agua y sosa o potasa cáusticas con una mezcla de aceites y/o mantecas. Después del fabricar el jabón, aparte de que éste está aún líquido o pastoso, presenta un pH altísimo debido a la sosa cáustica, y puede resultar corrosivo para la piel. Por eso se recomienda un período de cura de los jabones caseros de 3 a 6 semanas (yo suelo esperar 4), para que éste alcance un pH no agresivo con la piel (de entre 8 y 10, es imposible obtener uno menor) y también para que termine de secarse y solidificarse completamente, garantizando la duración posterior de la pastilla de jabón.

Por eso, si veis alguna receta de jabón para la piel que lleve sosa cáustica y te digan que puedes usarlo a los dos o tres días, huid lejos y no volváis a consultar esa fuente, pues no solo podría suponer un riesgo para vuestra salud, sino que los autores de dicha receta demuestran no tener ni los conocimientos más básicos sobre los principios químicos que entran en juego en la formación del jabón.

Esto no se aplica a los jabones de glicerina (también denominados melt and pour) que basta con derretir, añadir color y fragancia y verter en un molde, y que pueden ser usados en cuanto hayan solidificado, ya que la base que usamos ya ha sido saponificada antes de ser puesta a la venta.

2. Si un producto contiene agua, debe llevar conservante SÍ o SÍ

Photo by rawpixel.com from Pexels

Una de las razones por las cuales abandoné casi todos los grupos de cosmética natural en Facebook es porque me cansé de ver las aberraciones que se publicaban diariamente. Hay un grupo de personas tan obsesionadas con hacer sus cremas lo más "naturales" posible que incluso se permiten prescindir de un ingrediente esencial como es el conservante.

El conservante es un ingrediente que, usado a la temperatura y pH indicados por el fabricante, evitará que tus cremas se estropeen y se contaminen y alargará su conservación hasta unos tres meses (a veces incluso más, pero por precaución es mejor fijar un límite de tres meses). Sin un conservante, tu producto comenzará a fermentar y a desarrollar bacterias, esporas, hongos y mohos que pueden presentar un grave riesgo para tu salud. Y lo más grave de todo, es que algunos productos pueden estar estropeados y no manifestar cambios en el olor, color y textura, por lo que no puedes fiarte de tus sentidos para determinar si un producto está estropeado o no. Guardarlos en la nevera puede que atrase el proceso de deterioro, pero no lo evitará (si esto fuera así, jamás se nos estropearía la comida en la nevera).

Como ejemplo os pongo una foto de una crema que fabriqué hace más de un año y que había dejado olvidada en el fondo de un cajón. La conservé con Cosgard al 0,7%:


Como podéis ver no se aprecia traza ninguna de moho, separación o descoloración, aunque esto tampoco significa que a) sea segura de usar, b) no presente algún tipo de contaminación no perceptible a simple vista y c) no se hayan enranciado los aceites usados para fabricarla. De hecho puedo confirmar que esto último ha sucedido, ya que tiene un ligero olor a rancio, como a pintura de cera. Por eso nunca recomiendo usar un cosmético casero que contenga agua más de tres meses después de su fabricación.

¿Tú te comerías una sopa que lleva más de una semana preparada, y que hayas conservado fuera de la nevera? Porque echarte una crema sin conservantes sería lo mismo. La preferencia de usar productos lo más naturales posible no justifica el no incluir conservantes, ya que tenemos en el mercado una serie de conservantes certificados por ECOCERT como por ejemplo Cosgard, Phenonip, Leucidal, Germall Plus, etc. Basta con elegir el que se ajuste a tus necesidades y seguir las instrucciones del fabricante.

En resumen: todo producto que incluya líquidos como agua, jugos, hidrolatos, miel, etc., debe incluir un conservante si no se va a usar inmediatamente. 

En este punto no entran los productos anhidros (o sea, sin agua) como bálsamos o pomadas, o los que vayas a usar inmediatamente como por ejemplo una mascarilla.

El jabón sólido no necesita conservantes, su pH tan elevado impide la proliferación de microorganismos nocivos.

3. No todos los ingredientes valen

Hace un tiempo vi en un blog una receta para hacer jaboncitos de glicerina y la autora decía que para darles olor se podían usar esencias de quemador de las que se compran en los bazares chinos porque al ir en tan pequeña cantidad "no suponía ningún riesgo". Las esencias de quemador son productos que no han sido formulados para un uso cosmético y pueden provocar graves problemas como quemaduras, alergias, irritaciones o dermatitis. Me parece una absoluta irresponsabilidad y un peligro el que haya personas que suelten ese tipo de "consejos" en Internet y se queden tan tranquilas, y peor aún que haya quien se los crea y los siga.

También, por poner otro ejemplo, veo recetas de acondicionadores y mascarillas para el cabello que llevan los mismos emulsionantes que se usan para las cremas faciales y corporales y no debe ser así. Para acondicionar el cabello se deben usar emulsionantes catiónicos (con carga positiva) como el BTMS si no quieres acabar con el cabello grasiento y apelmazado (aunque en casos de cabellos muy muy secos tal vez pueda funcionar).

Así que sed críticas con todo lo que veis y leéis, leed, investigad y preguntad todo lo que haga falta, pero desconfiad mucho porque hay gente muy cafre e irresponsable en este planeta. Aseguraos de que todos los ingredientes son de grado cosmético como mínimo (algunos pueden ser hasta de grado alimentario incluso, como los aceites). Igualmente, si habláis otros idiomas, aconsejo buscar información en inglés y francés, hay muchísima más que en español (y, según he visto yo, más fiable). En las páginas de los vendedores de ingredientes para cosmética natural también puedes encontrar información valiosa, además de recetas.

4. No porque algo sea natural es mejor


Solo porque un producto sea natural no se convierte automáticamente en bueno. La cicuta, las ortigas, las setas venenosas, etc., son naturales y pueden causar la muerte o graves molestias. Luego están las alergias que tienen muchísima gente a diferentes alimentos, frutos, hierbas, etc. Los productos naturales también pueden hacer daño, y de forma demostrable y evidente.

Yo potingueo y hago cosméticos por hobby, pero no me obsesiono con los ingredientes ni me emparanoio con que me puedan hacer daño o con que deban ser los más naturales posible. Investigo sobre ellos en fuentes que yo considero fiables y con ello me doy por satisfecha. Por ello, por ejemplo, no me creo la supuesta carcinogeneicidad de los parabenos (es decir, que no creo que provoquen cáncer) y otros ingredientes. Soy escéptica por naturaleza, pero siempre me he declarado abiertamente antiquimiofobia y antigreenwashing. Pero cada uno tiene sus criterios y todos son respetables, y este es el mío, en base a la información de la que dispongo.

El aceite de coco por ejemplo es buenísimo para muchas cosas, pero a algunas personas (yo incluida) nos es comedogénico si nos lo aplicamos en la cara (en el cabello en cambio me va de fábula). ¿Y a que no sabíais que una persona que sea alérgica al látex deberá mantenerse bien lejos de la manteca de karité por muy natural que ésta sea? Y sin embargo es probable que pueda usar aceite mineral sin que le haga ningún daño.

Más ejemplos, el regaliz es natural pero es pésimo para las personas hipertensas, ya que te puede subir la tensión. Una gran mayoría de aceites esenciales de cítricos son fototóxicos, es decir, que al exponerte al sol pueden provocarte sarpullidos, manchas y reacciones. Para evitar que esto suceda hay que procesarlos industrialmente para eliminar las furanocumarinas que contienen. Si un aceite esencial de bergamota lo procesamos para eliminar sus furanocumarinas, ¿deja de ser un producto "natural" al haber sido procesado más allá del proceso de presión/extracción?

Hay productos naturales muy dañinos y productos sintéticos completamente inocuos, y viceversa. Tanto si usas unos como otros, lo importante es usar ingredientes de calidad y que hayan sido testados para comprobar su seguridad y eficacia.

Aún me quedan varios puntos por debatir sobre este tema, así que continuaré en un próximo artículo.
Sígueme en Instagram y Facebook y no te pierdas ninguna de mis publicaciones y novedades.
 

Te pueden interesar

0 comentarios